El e-learning es una modalidad educativa que surgió en el marco de un gran desarrollo tecnológico de países anglosajones. Nació como una opción que ofrecía flexibilidad y facilidades para la capacitación y que, poco a poco, fue ganando terreno en el sector educativo hasta llegar a posicionarse como una de las tendencias más requeridas. Sin embargo, esta demanda hace que el e-learning en ocasiones se centre en intereses empresariales y se deje de lado el factor didáctico que debería predominar en el desarrollo para darle sentido a la experiencia formativa. Por lo tanto, para que un proyecto de e-learning sea eficiente y logre los objetivos solicitados, es necesario trabajar con un equipo interdisciplinario que vaya sumando sus conocimientos y habilidades.

Componentes del trabajo interdisciplinario

 

  • Pedagogos, psicólogos y comunicólogos

 

El trabajo interdisciplinario en proyectos e-learning empieza su equipo con pedagogos, psicólogos e, incluso, comunicólogos que tengan conocimientos sólidos de didáctica. Ésta es la primera figura que interviene en un proyecto e-learning para dar tratamiento didáctico a la información; es decir, adecúan los contenidos y llevan a cabo el Diseño instruccional para generar una propuesta formativa que alcance los objetivos determinados en función de las características del público meta al que se dirige. Esta parte del equipo está presente desde la indagación de la información precisa que se requiere para la construcción del contenido, hasta la revisión del producto final del proyecto. 

Es importante recordar que el Diseñador instruccional será la principal guía para el resto del equipo, pues el desarrollo didáctico es la base del trabajo de los demás profesionales. En otras palabras, el Diseñador instruccional será quien dé seguimiento y valide el trabajo del resto del equipo, ya que sólo él sabe si lo que se está haciendo es en realidad lo que se necesita.

 

  • Segundo componente: Corrector de estilo

 

La participación de un corrector de estilo también es fundamental, pues todo un diseño didáctico puede perder su riqueza si existen errores de sintaxis, redacción y ortografía. Es muy importante que toda la narrativa del curso y del material sea clara y precisa para que no existan confusiones. En otras palabras, el corrector de estilo es quien afina el trabajo realizado por el Diseñador Instruccional y el resto del equipo.

  1. Diseñadores gráficos y programadores

Una vez que se concluye la etapa de Diseño Instruccional, comienza la de Producción Gráfica y Programación. En esta etapa, los Diseñadores Gráficos y/o visuales, junto con un Programador, harán toda una labor creativa que le dará vida al diseño didáctico previamente desarrollado por el Diseñador Instruccional. Esta fase es decisiva, ya que, aún cuando la propuesta didáctica sea la mejor, si no existe una propuesta de diseño gráfico visualmente atractiva y amigable, el curso puede volverse tedioso y aburrido. Por su parte, el Programador será el encargado de que todo funcione como debe ser, es decir, que cada clic del curso redireccione al usuario a donde debe, que las evaluaciones se registren correctamente y, en general, que toda la interactividad del curso sea funcional.

Es indispensable tener en cuenta que el trabajo de todos y cada uno de los profesionales aquí mencionados es pieza clave para obtener un e-learning de calidad. Sin embargo, a pesar de que todo el trabajo para la creación de un e-learning puede pensarse por fases como las que se explicaron anteriormente, no es posible aislar la participación de cada profesional en un proyecto de este estilo. Esto significa que la comunicación entre los integrantes debe estar siempre presente para tener claros los objetivos que se buscan con el material y para saber cuál es la contribución de cada uno con el trabajo del otro y así obtener el mejor resultado.

El trabajo interdisciplinario es la base del desarrollo de un proyecto e-learning y hace posible que el resultado sea un producto eficiente. Si no se involucra a todo un equipo en este tipo de proyectos, es probable que algo pueda pasarse por alto y no se obtenga el mejor resultado.